La cifra de atracos diarios varía de acuerdo a la fuente. Según ANALTRA, en los buses de Barranquilla se producen 110 atracos diarios, fuentes de prensa dan cuenta de 70, mientras que la policía reporta recibir 54 denuncias.
Jesús González González afirma que en muchos de estos incidentes, la integridad del conductor se ve comprometida, ya que muchas veces los atacantes se ensañan con él: “La cifra es bastante alta. Los asaltantes no tienen ni día ni hora ni lugar preferido y en lo que va del año, seis conductores han muerto en estas circunstancias”.
Existen diversas modalidades. Una de ellas consiste en que los asaltantes se suben al bus en horas en que preferiblemente no esté tan lleno, y cuando están en un punto estratégico, amenazan al chofer ya sea con armas de fuego o blancas y lo obligan a desviarse de su ruta hacia un sitio poco transitado.
Otro modo consiste en amenazar con un arma a los pasajeros que están lejos de la vista del conductor, generalmente en el asiento trasero y obligarlos a entregar sus pertenencias de manera silenciosa. También han ocurrido casos en los que los mismos pasajeros realizan artimañas o engaños para distraer a su víctima y extraer algún objeto de valor sin que esta se de cuenta. Y algunos testigos afirman que incluso los choferes están involucrados en los asaltos de los que aparentan ser víctimas.
Por otra parte, el mayor José Bolaño, jefe de prensa del Departamento de Policía del Atlántico, Mayor José Ángel Bolaño habló acerca de los conceptos de criminalidad real, el número de atracos que ocurren en la realidad y criminalidad aparente, que se refiere a los casos denunciados ante la policía.”Muchos de los atracos no son denunciados y de los que son denunciados algunos tienen origen dudoso. Desde enero a abril del 2007 se han denunciado 54 casos de atracos a buses, mientras que el año pasado en este mismo período, solo se reportaron 24”. Con respecto al aumento de la cifra, el mayor afirma que aunque esto podría ser interpretado como un alza de los atracos, también podría significar que la confianza en la autoridad aumentó con relación a la del año pasado.
Todo esto deja un panorama confuso ante una situación que parece ir en aumento y que es cada vez más incierta. Para aquellos que todos los días deben moverse en este medio, representa un gran riesgo porque aunque las cifras son irregulares e inclusive, contradictorias, los asaltos podrían estar a la vuelta de la esquina y son una realidad palpable.
Los atracos son una parte de la inseguridad a la cual se exponen los pasajeros, pero existe otro factor determinante para los usuarios y hasta los mismos conductores, quienes al transportarse en un bus puede que no lleguen a su lugar de destino. La velocidad con la que transitan los buses de Barranquilla es altamente peligrosa, pues como habíamos nombrado antes se incrementan el 40 más de lo permitido. El conflicto de la cotidianidad del transporte publico en la ciudad se debe al exceso de velocidad, diariamente los ciudadanos están expuestos a este gran peligro al usar un medio para dirigirse a su lugar de trabajo, estudio, casa u algún otro sitio. Es un problema muy grave y debe ser controlado por los entes encargados de regular las medidas de seguridad del transporte público en Barranquilla.
Jesús González González afirma que en muchos de estos incidentes, la integridad del conductor se ve comprometida, ya que muchas veces los atacantes se ensañan con él: “La cifra es bastante alta. Los asaltantes no tienen ni día ni hora ni lugar preferido y en lo que va del año, seis conductores han muerto en estas circunstancias”.
Existen diversas modalidades. Una de ellas consiste en que los asaltantes se suben al bus en horas en que preferiblemente no esté tan lleno, y cuando están en un punto estratégico, amenazan al chofer ya sea con armas de fuego o blancas y lo obligan a desviarse de su ruta hacia un sitio poco transitado.
Otro modo consiste en amenazar con un arma a los pasajeros que están lejos de la vista del conductor, generalmente en el asiento trasero y obligarlos a entregar sus pertenencias de manera silenciosa. También han ocurrido casos en los que los mismos pasajeros realizan artimañas o engaños para distraer a su víctima y extraer algún objeto de valor sin que esta se de cuenta. Y algunos testigos afirman que incluso los choferes están involucrados en los asaltos de los que aparentan ser víctimas.
Por otra parte, el mayor José Bolaño, jefe de prensa del Departamento de Policía del Atlántico, Mayor José Ángel Bolaño habló acerca de los conceptos de criminalidad real, el número de atracos que ocurren en la realidad y criminalidad aparente, que se refiere a los casos denunciados ante la policía.”Muchos de los atracos no son denunciados y de los que son denunciados algunos tienen origen dudoso. Desde enero a abril del 2007 se han denunciado 54 casos de atracos a buses, mientras que el año pasado en este mismo período, solo se reportaron 24”. Con respecto al aumento de la cifra, el mayor afirma que aunque esto podría ser interpretado como un alza de los atracos, también podría significar que la confianza en la autoridad aumentó con relación a la del año pasado.
Todo esto deja un panorama confuso ante una situación que parece ir en aumento y que es cada vez más incierta. Para aquellos que todos los días deben moverse en este medio, representa un gran riesgo porque aunque las cifras son irregulares e inclusive, contradictorias, los asaltos podrían estar a la vuelta de la esquina y son una realidad palpable.
Los atracos son una parte de la inseguridad a la cual se exponen los pasajeros, pero existe otro factor determinante para los usuarios y hasta los mismos conductores, quienes al transportarse en un bus puede que no lleguen a su lugar de destino. La velocidad con la que transitan los buses de Barranquilla es altamente peligrosa, pues como habíamos nombrado antes se incrementan el 40 más de lo permitido. El conflicto de la cotidianidad del transporte publico en la ciudad se debe al exceso de velocidad, diariamente los ciudadanos están expuestos a este gran peligro al usar un medio para dirigirse a su lugar de trabajo, estudio, casa u algún otro sitio. Es un problema muy grave y debe ser controlado por los entes encargados de regular las medidas de seguridad del transporte público en Barranquilla.
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